
Medición de la Huella de Carbono, Clave en la Transición Sostenible

Protocolo de Gases de Efecto Invernadero (GHG Protocol) del World Resources Institute y el World Business Council for Sustainable Development , Normas ISO 14064, ISO 14067, Normas PAS 20250
En un mundo cada vez más consciente del impacto ambiental de la actividad económica, las empresas enfrentan una transformación profunda en la forma en que miden, gestionan y comunican su desempeño ambiental. La huella de carbono y las métricas ambientales se han convertido en herramientas fundamentales para la acción climática corporativa, el cumplimiento normativo y la rendición de cuentas ante inversores, consumidores y administraciones públicas.
La huella de carbono se refiere a la cantidad total de gases de efecto invernadero (GEI) emitidos directa o indirectamente por una organización, proceso, producto o servicio, expresada generalmente en toneladas equivalentes de dióxido de carbono (tCO₂e). Esta medida permite cuantificar el impacto climático de las actividades humanas, siendo clave en la lucha contra el calentamiento global.
La clasificación de las emisiones sigue el marco del GHG Protocol, ampliamente utilizado a nivel global y adoptado por legislaciones como la CSRD europea (Directiva (UE) 2022/2464 del Parlamento Europeo y del Consejo de 14 de diciembre de 2022 por la que se modifican el Reglamento (UE) n.o 537/2014, la Directiva 2004/109/CE, la Directiva 2006/43/CE y la Directiva 2013/34/UE, por lo que respecta a la presentación de información sobre sostenibilidad por parte de las empresas) y otras regulaciones internacionales.
CSRD (Corporate Sustainability Reporting Directive, en inglés), es una normativa de la UE que exige a las empresas informar sobre sus impactos sociales y ambientales, así como sobre cómo estos afectan a su negocio. La CSRD amplía el alcance de la anterior directiva (NFRD) y establece nuevos estándares para la divulgación de información de sostenibilidad, buscando mayor transparencia y comparabilidad en la información financiera y no financiera.
Las emisiones se agrupan en tres alcances (scopes):
Alcance 1 (emisiones directas): emisiones derivadas de fuentes controladas por la empresa, como calderas, vehículos o procesos industriales.
Alcance 2 (emisiones indirectas por energía): emisiones derivadas de la generación de electricidad, vapor, calor o refrigeración usados en los procesos de producción.
Alcance 3 (otras emisiones indirectas): emisiones generadas en la cadena de valor, como transporte, uso de productos, gestión de residuos, bienes de capital o servicios contratados.
El alcance 3 representa, en la mayoría de los sectores, entre el 70 % y el 90 % del total de emisiones, aunque también es el más complejo de rastrear, por depender de terceros a menudo sin sistemas robustos de medición.
El auge normativo en sostenibilidad está impulsando la cuantificación rigurosa de emisiones. Algunas de las normas y marcos de referencia más utilizados son:
GHG Protocol (WRI / WBCSD): el estándar internacional más difundido para cálculo organizacional y de producto.
El GHP estándar internacional más utilizado para la medición, gestión y reporte de emisiones de gases de efecto invernadero. Desarrollado conjuntamente por WRI y WBCSD, sirve de base para normas como la ISO 14064, el Carbon Disclosure Project (CDP), los estándares de la UE (EU ETS) o regulaciones como CBAM o CSRD
World Resources Institute (WRI) es un think tank global sin ánimo de lucro que trabaja para promover el desarrollo sostenible. Fue fundado en 1982, con sede en Washington D.C., EE. UU.. Tiene como princiaples objetivos abordar el cambio climático, energía, agua, alimentos, bosques, ciudades sostenibles y gobernanza. Fue el creador conjunto del GHG Protocol (Protocolo de Gases de Efecto Invernadero) y es líder en investigación y desarrollo de políticas públicas y herramientas prácticas para gobiernos y empresas.
World Business Council for Sustainable Development (WBCSD), es una coalición global de más de 200 grandes empresas que trabajan juntas para acelerar la transición hacia un mundo sostenible, fue fundado en 1995, con sede en Ginebra, Suiza y en el participan empresas como o Unilever, Nestlé, BASF, Shell o Microsoft. Tiene como objetivo integrar la sostenibilidad en las estrategias empresariales y apoyar la acción climática corporativa. Fue el creador conjunto del GHG Protocol, junto con el WRI e impulsa estándares de reporte, métricas de sostenibilidad y hojas de ruta sectoriales.
ISO 14064-1/2/3 establece requisitos para cuantificación y verificación de GEI a nivel organizacional y de proyectos.
ISO 14067 específica para el cálculo de la huella de carbono (PCF).
La ISO 14067:2018 es una norma internacional que especifica los principios, requisitos y directrices para cuantificar y comunicar la huella de carbono de un producto a lo largo de su ciclo de vida (desde la extracción de materias primas hasta su disposición final). La huella de carbono se expresa en toneladas de CO o equivalente (CO₂e). Se basa en el enfoque de Análisis del Ciclo de Vida (ACV) conforme a las normas ISO 14040 e ISO 14044. Tiene en cuenta todas las emisiones de GEI atribuibles directa o indirectamente generadas por la instalación.
La diferencia principal entre las normas ISO 14064-1/2/3 e ISO 14067 radica en el objeto de evaluación, mientras la ISO 14064 se enfoca en organizaciones y proyectos, la ISO 14067 se enfoca en productos.
PAS 2050 (BSI) trata la evaluación del ciclo de vida para la huella de carbono de bienes y servicios.
La PAS 2050:2011, desarrollada por el British Standards Institution (BSI), es una especificación pública para evaluar la huella de carbono de productos y servicios a lo largo de su ciclo de vida. Fue la primera norma mundialmente reconocida para cuantificar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) asociadas a bienes y servicios de consumo.
Evalúa las emisiones de GEI durante todo el ciclo de vida del producto, es decir, desde la extracción de materias primas hasta el fin de vida útil, incluyendo Producción y transporte de materias primas, procesos de fabricación, distribución, uso del producto por el consumidory en su disposición final el reciclaje, la incineración y el vertedero.
Product Environmental Footprint (PEF): iniciativa de la Comisión Europea para armonizar las metodologías de huella ambiental.

El cálculo de la huella de carbono da lugar a una serie de indicadores cuantitativos que permiten tomar decisiones, trazar objetivos y cumplir con la transparencia exigida por inversores y reguladores:
Emisiones absolutas: tCO₂e anuales (por alcance)
Intensidad de emisiones: tCO₂e/€ de ingresos, tCO₂e/unidad de producción
Reducción interanual: porcentaje de reducción respecto al año base
Porcentaje de energía renovable consumida
Emisiones evitadas o compensadas (offsetting)
Huella de carbono de producto (PCF)
Huella hídrica y uso de recursos naturales
Estas métricas deben integrarse en reportes de sostenibilidad verificados (como los alineados con GRI, ESRS o CDP) y, cada vez más, en los informes financieros integrados. La trazabilidad, verificabilidad y consistencia metodológica son condiciones esenciales.
La transformación digital está jugando un papel clave en la medición ambiental. Algunas herramientas y tendencias emergentes incluyen:
Plataformas de software ESG para consolidar y automatizar el cálculo de emisiones, como Sphera, Enablon, Normative o Watershed.
Sensores IoT para monitoreo en tiempo real en instalaciones industriales.
Blockchain para trazabilidad de datos en la cadena de suministro.
Pasaportes digitales de producto (DPP), impulsados por la UE, para incorporar información ambiental verificada a nivel de artículo.
La disponibilidad de datos precisos permite no solo cumplir regulaciones, sino también generar ventajas competitivas al mejorar la eficiencia energética, reducir riesgos reputacionales y acceder a financiación sostenible.
Retos actuales:
Falta de datos en alcance 3, especialmente con pymes proveedoras.
Complejidad metodológica para empresas multisectoriales.
Coste de verificación externa e implementación tecnológica.
Inexistencia de normas armonizadas a nivel global (fuera de la UE).
Oportunidades:
Posicionamiento competitivo ante clientes e inversores.
Acceso a financiación verde y fondos de transición.
Reducción de costes energéticos y operativos a largo plazo.
Cumplimiento normativo anticipado y minimización de riesgos.
En un contexto donde la sostenibilidad deja de ser un elemento reputacional para convertirse en un eje estructural de la actividad empresarial, la huella de carbono y las métricas ambientales son herramientas fundamentales para liderar con credibilidad y eficacia la transición ecológica.
Las organizaciones que invierten en sistemas robustos de medición, verificación y reducción de emisiones están mejor posicionadas para anticipar normativas, atraer capital, fidelizar clientes y construir un modelo de negocio resiliente ante los desafíos del cambio climático.